Adám de Tierra no Labrada
Comentario sobre la Parashá anual Bereshit y la lectura trienal, Séder 2 (Gn 2:4 - 3:23).
Existe un elemento midrásico del nacimiento de Adám, con el Mesías. Así como Adám nació por Dios de la tierra virgen (véase Gn 2.5), tierra sin semilla, sin siembra, así el Mesías nace de una mujer virgen sin la intercesión de la semilla de un hombre. Así lo que estaba escrito del primero se cumplió típicamente en el segundo.
En su comentario sobre Diatéssaron, Efrém de Siria (306-373) dice:
La concepción de la virgen enseña que el que engendró a Adám sin relaciones, de la tierra virgen, también vistió al segundo Adám sin relaciones en el seno de la virgen. Mientras que el primer Adám regresó al vientre de su madre, tenía que ser por medio del segundo Adám (el que no regresó al vientre de su madre), que el primero, que había sido enterrado en el vientre de su madre, fuera traído a la vida de ese vientre. (Efrém de Siria, Comentario sobre Diatéssaron 2.2)
Ireneo de Lyon (c. 130 - m. Lyon, c. 202) – Contra los Herejes Libro 3, Cap. 10.1, sobre el mismo tema dice:
"El recapituló en sí su antiguo plasma. Porque «como por la desobediencia de un hombre el pecado entró en el mundo, y por el pecado la muerte» tuvo poder (Rom 5.12-19), «así por la obediencia de un hombre» la justicia ha sido restablecida para fructificar en vida para los hombres que en otro tiempo habían muerto. Y así como aquel primer Adám fue plasmado de una tierra no trabajada y aún virgen [porque Dios aún no había llovido y el hombre aún no había labrado (Gén 2.5)] - sino que fue modelado por la mano de Dios (Sal 119[118].73; Job 10.8 ), o sea por el Habla/Palabra de Dios -ya que «todo fue hecho por él» (Jn. 1.3) y «el Señor tomó barro de la tierra y plasmó al hombre» (Gn 2.7)- así, para recapitular a Adám en sí mismo, la misma Palabra/Habla existente recibió justamente de María la que aún era virgen, el origen de lo que había de recapitular a Adám. Si pues el primer Adám (1 Cor 15.45) hubiese tenido un hombre como padre y hubiese sido concebido del esperma de varón, justamente se diría que el segundo Adám (1 Cor 15.47) habría sido engendrado por José. Pero si aquél fue tomado de la tierra, y plasmado por la Palabra/Habla de Dios, era conveniente que la misma Palabra/Habla, que había de realizar en sí misma la recapitulación de Adám, tuviese un origen en todo semejante." (Ireneo de Lyon (c. 130 - m. Lyon, c. 202) – Contra los Herejes 3.21).
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